lunes, 20 de mayo de 2013

Modus operandi


Han acabado los exámenes. Ahora, si todo ha ido bien, te vas para no volver. Te vas y no sé cuando te volveré a ver. ¿Será más pronto que tarde? Me he resignado a aceptar que será más bien dentro de mucho tiempo. Pero quién sabe. Quién sabe. Te espera tu nueva vida. Una en la que, lamentablemente, yo no quepo. No tengo más hueco que el que ocupo ahora. No estoy diciendo que quisiera ocupar otro, simplemente que me gustaría que no dejases tú de ocupar el tuyo. Pero es inevitable, ¿no? Todos avanzamos, seguimos... Nuestra estabilidad está basada en el cambio. Y este cambio nos traerá a todos cosas grandes y oportunidades nuevas.  Tenemos que aprender a utilizarlas también. Es ley de vida.


Es increíble que realmente no seamos capaces de acostumbrarnos al cambio, ni a madrugar por las mañanas. Tengo la teoría de que nos engañan diciendo que es realmente nuestra estabilidad. Me he levantado a las ocho de la mañana muchísimas más veces en mi vida que antes de esta hora. Y no por gusto, y no por deber. Tampoco me he hecho aún al cambio, no he desarrollado un modus operandi que llevar a cabo cuando algo cambie en mi vida. Este el problema: no tengo un modus operandipara ti.

Lo peor es que, aún sabiendo que todo va a cambiar, se va a transformar, va a desembocar en otra cosa, siempre el cambio nos pilla en situaciones de crisis, en situaciones de bajón. Siempre nos pilla por sorpresa. Y no siempre sabemos llevarlo del mejor modo, vivirlo de la manera que realmente sería justa. Sí, justa.

Todos sabíamos que te ibas a ir en cuanto terminaras, pero nadie pensamos que realmente llegara este día. Nadie quería creer que fuera verdad. Todos intentábamos convencerte par que te quedaras aunque fuera un año más. Es como pedir un año más de vida a un enfermo mortal: te pedíamos 365 días más, y aún mejor si el año fuera bisiesto. Aunque, como todos sabemos, nadie que se precie pediría menos que un año ni más que toda la vida. Y quien dice un año, dice dos y dice tres. Y de tres a "para siempre" hay muy poco.
Pero así son las cosas, quiero desarrollar un modus operandi para que, cuando vuelvas y tengas que irte de nuevo, saber actuar. El problema es que todo lo que se me ocurre acaba mal pues te vuelves a marchar. En realidad, no voy a hacerlo. Y no lo voy a hacer porque si lo hiciese consistiría en que te quedaras. Sí, tendría este fin. Y eso tampoco puede ser así. Así que me voy a quedar mirando tu regalo y lo guardaré cuando te marches en una vitrina de trofeos. Y mi único modus operandi será que vuelvas.



Buen viaje.
Hasta pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario